Araceli Meza Irigoyen

Edad: 18 años.

Actividad: escaramuza.

Siendo niña manifestó interés por la charrería. Con el paso de los años ha ratificado su gusto por el que es considerado como el deporte nacional por excelencia. Ser escaramuza ha representado crecimiento en diversos sentidos. Ahora su pasión por los animales traza la dirección en su futura carrera profesional. 

—Vivo muy cerca del lienzo charro y cuando pasaba, veía eventos, desfiles o leía noticias en redes sociales. Así fue llamando mi atención. Sólo empecé por mi gusto por los caballos. Curiosamente, a un equipo de Huamantla le faltaban integrantes y me dieron la oportunidad de invitarme y enseñarme, porque no sabía nada.

Tenía once o doce años cuando empecé, y ahora llevo aproximadamente siete años. Mi equipo se llama Rancho Victoria, al que entré casi a principios de año.

—La primera vez me llevó mi papá a ver si me gustaba, porque no sabía lo que era en verdad. Llegué al lienzo de Huamantla y había una práctica, un entrenamiento normal. Me dieron la oportunidad de subirme a un caballo y caminar, ver cómo era la silla, la albarda y la verdad me gustó. Ahí empezó todo.

—La escaramuza en que estaba inicialmente no era un equipo tan competitivo para querer ganar muchos lugares o ser súper disciplinados. Pero me gustó que fuera así, porque el hecho de empezar de cero y lento hizo que me gustara más y le entendiera más, y así poder hacer todo lo que hago ahora.

Pasó el tiempo y llegué a otra escaramuza donde comenzó la disciplina: llevar mis cosas completas, mi caballo bien limpio, el intentar ser campeona estatal y llegar a un lugar nacional. Además, entrenar días y horarios específicos.

—Sí, pero el amor que le tengo es mucho más grande. Justamente por toda la presión y la disciplina llega a ser un poco cansado y retador. Es pensar y decir “¿En serio todo este esfuerzo vale la pena?”, porque siempre quiero sobresalir, estar en los primeros lugares y a veces no se puede lograr.

Personalmente, ser escaramuza me ha ayudado mucho a crecer como persona, en mi carácter, a poder comunicarme con los demás, porque antes no lo tenía tanto.

—En los equipos que he integrado me han inculcado la importancia de la vestimenta. Por ejemplo, los vestidos no pueden ir con colores fosforescentes, brillantes o llamativos y eso hace que siempre veas a una escaramuza y digas: “Es muy elegante”. Los vestidos siempre van a ser serios, con bordados, con flores sutiles y eso ayuda a darle la importancia a tu vestimenta, más que nada para llamarte escaramuza, portar bien el vestuario, porque estás representando a México, porque la charrería es el deporte de México.

—El caballo es parte fundamental, sin él no puedes estar en este deporte. Mi caballo se llama Cadete, y lleva conmigo aproximadamente un año. Conocerlo bien me llevó como tres meses. Los dos somos un poco tímidos, nos gusta convivir, pero selectivamente y no somos tan explosivos, pero si nos molestan, hacemos algo.

Cuando inicié en la escaramuza, el hecho de cuidar a los caballos para que no se enfermen o si se enferman tenerles el cuidado, en general me ha ayudado.

—Con un equipo obtuve el primer lugar estatal, que fue el pase al nacional y pudimos ir a Zacatecas representando a Tlaxcala como campeonas estatales. Hemos obtenido el tercer o segundo lugar en ferias de escaramuzas en el estado de Hidalgo y gracias a los premios obtuvimos recursos para asistir a la competencia nacional. Rancho Victoria es el equipo donde estoy actualmente. Acaba de pasar nuestro estatal, donde obtuvimos el segundo lugar estando en empate con el primer lugar de escaramuzas.

—Un poco. Porque tienes muchas presiones sociales, como de ti mismo y de tu familia, las expectativas que quieren lograr de ti y más al estar en un deporte en que me he exigido los primeros lugares. Es un poco complicado, porque es estar en tu deporte, en la escuela, en la casa, con tus amigos, contigo misma. Es mucha presión.

Antes de ser escaramuza estuve cuatro años en una orquesta. Mientras era escaramuza, en mi escuela practicaba deportes: natación, futbol, básquetbol y atletismo. Después tres horas diarias en clases de baile.

Mi deporte principal es la escaramuza, pero estar en otros deportes ayuda a sobrellevar todas las cargas.

—La charrería es un deporte que no a todos interesa, pero no es para todos. Ven la charrería y dicen: “¿Es un deporte?”, porque muchos desconocen que es un deporte. Siento que a los jóvenes sí les interesa, aunque es difícil comunicarlo a sus papás, porque es pensar en “¿Cuánto voy a gastar? Necesito un caballo. ¿Dónde? ¿Qué hago?”. Siento que son esas limitantes.

—En uno o dos años no estaré más dentro del deporte. Dentro de cinco años sí estaría muy feliz practicándolo, porque ya estaría realizada dentro de mis estudios. Terminé la preparatoria y estoy esperando entrar a la Universidad Chapingo para estudiar la carrera de agronomía enfocada en la zootecnia, o sea, más en los animales.

—Quiero decirles que se atrevan, más que nada. No es algo tan complicado como se ve, sólo es el hecho de tener compromiso, el gusto y la pasión, porque ya entrando les va a gustar mucho.

Marisol Fernández Muñoz
Lucero Ivonne Peña Jiménez
Fotografía: Federico Ríos Macías

Comparte este artículo