Nuevo año, nuevo estilo de vida, hacer ejercicio, “hacer dieta”, son tareas que la mayoría de las personas quiere realizar al inicio de cada año; sin embargo, no todos tienen bien claro cómo empezar y, sobre todo, desconocen qué es dieta y, por lo tanto, no saben cómo hacerla ni seguirla, por lo que acuden a la solución que les es más fácil, que es autoimponerse un régimen de alimentación “saludable”, en el que comienzan con eliminar la tortilla, el pan y las pastas. En algunos casos también dejan de tomar refresco y consumen poca azúcar, pero esto solo lo cumplen durante una semana o dos, si es que no se rinden antes.
En otros casos las personas buscan en internet “dietas” con características muy específicas, que no son recomendables para todos y hay contraindicaciones o efectos adversos en otros aspectos de la salud. También se llega a emplear el ayuno y disminuir radicalmente el aporte calórico. Estas son medidas extremas que pueden ocasionar la disminución de manera abrupta de las reservas de glucosa en el organismo, lo cual no es recomendable
en personas diabéticas, en embarazadas o en niños adolescentes. El ayuno puede ocasionar mareos, dolor de cabeza, poca concentración y otras alteraciones metabólicas, del funcionamiento y la estructura del tubo digestivo, principalmente.
Todo lo anterior obedece a que hay una tendencia muy importante en las personas para perder peso siempre que inicia un año. Eso está muy bien, pero lo que no es correcto es que lo quieran hacer por su propia cuenta, sin buscar asesoría profesional o a personas especialistas en el área que le hagan un adecuado diagnóstico clínico nutricional, previo a un plan de alimentación personalizado, según el estado de salud actual, la edad, el género, la actividad física, etcétera.
Las y los nutriólogos o nutricionistas son especialistas aptos para brindar a la población una educación en la materia, que es una herramienta fundamental para aprender a comer de manera saludable, equilibrada y variada. Su principal objetivo es la prevención de enfermedades, apoyada en la selección de los alimentos más sanos del mercado, por medio de talleres de etiqueados y evitar engaños de mercadotecnia y el consumismo, además de técnicas de preparación y medición de los alimentos; no solo se enfocan en dar una dieta, como se dice comúnmente, sino que guían al paciente de manera periódica y le indican cómo implementar un plan nutricional, que es el término correcto y va más allá de “hacer dieta o estar a dieta”. Así, se da seguimiento al comportamiento metabólico, antropométrico, clínico y bioquímico, con el fin de llegar a la meta que cada paciente tiene.
Tal objetivo no solo se obtiene con educación nutricional o con un plan de alimentación, sino también se da a través de un estilo de vida más saludable, que va desde dejar de fumar, tomar bebidas alcohólicas o alguna otra sustancia nociva a la salud, hacer ejercicio regularmente, dormir de 6 a 8 horas diarias y tomar suficiente agua simple.
En síntesis, se trata de tener hábitos saludables y eliminar lo negativo de la vida, para cambiarlo por acciones y personas positivas que sumen a la vida armonía y felicidad en este año que comienza. Espero que logren realizar sus metas y cumplir sus sueños y anhelos más profundos de su corazón, pero sobre todo que mantengan su calidad de vida y su salud lo mejor posible. Recuerden que la prevención es ahora lo más importante para evitar enfermedades que sean más difíciles y complicadas de tratar; estos son mis mejores deseos para ustedes.
¡Feliz y próspero 2020!