La administración del capital humano

La evolución de la administración del capital más importante de nuestra empresa, negocio u organización: el capital humano.

Estamos ante un cambio total en la admi­nistración de nuestras empresas, el recurso, el personal, el equipo, la maquinaria; todo implica un cambio, evo­lución, mejora, adecuarnos a las circunstancias, seguir inmersos en la productividad y el nivel de respuesta que tus clientes necesitan: que si planeas, organizas, diriges y controlas mientras el personal se va, renuncia o simplemente ya no llega a laborar y, aun así, sacar ese gran objetivo empresarial que es ser un negocio productivo, efectivo y con permanencia en el mercado, manejando toda una serie de factores para dar respuesta a la demanda del mercado y ser rentable.

Muchos líderes o empresarios verán un capital humano lejano, poco empático, sin compromiso y sin querer quedarse en la organización; otros cuantos se cuestionan qué está pasando y otros más dicen que todo esto ha sucedido desde siempre, aunque con la pandemia se ve mucho más la falta de un sentido de pertenencia en nuestro equipo de trabajo y, honestamente, no es la falta de compromiso.

He entrevistado a más de trecientas personas en procesos de reclutamiento en los últimos seis meses y su razón es que prefieren quedarse en casa a hacer alguna manualidad, postre o artesanía, antes que irse a con­tratar en centros de trabajo poco atractivos, seguros o que no generen la experiencia que ellos están buscando.

Definitivamente, la administración del capital hu­mano está cambiando, y si todo cambia, esto también deberá cambiar, pero nos estamos viendo lentos.

Hoy por hoy estamos en una sociedad que sí o sí cambió drásticamente después de esa semana de marzo del 2020, cuando todo se pausaba con la ilusión de retomar nuestras operaciones en 15 días, dos meses o tres. Sin embargo, la realidad fue que muchas empresas ya no regresaron a la operación, y las que regresaron tuvieron que ser muy creativas en su propuesta para

sobrellevar su resultado.

Muchos empresarios se las ingeniaron para man­tener su pago de nómina, con la idea de que su gente es primero, otros muchos no regresaron, aunque unos más se hicieron exitosos ante la crisis. Crisis que al final para muchos fue aprendizaje que hoy nos toca capitalizar.

Como empresario, ¿qué aprendiste ante la crisis, hablando del manejo de tu equipo de trabajo?, ¿qué ha cambiado, hablando de tu administración de personal?

Es un hecho que nuestra sociedad ya no es la misma, es un hecho que el personal ya vio que desde casa puede tener ingresos haciendo postres, tomando llamadas, siendo creativos en una sociedad que todo lo quiere a la velocidad de un TikTok o de un WhatsApp que acelera los mensajes de voz para no invertirle tanto tiempo. Somos una sociedad en búsqueda de buenas y dinámicas experiencias y como empresa, lo que precisamente nos hará competitivos es la experiencia y el dinamismo que le demos a nuestra gente desde el primer encuentro.

La clave puede estar en cómo los reclutas, selec­cionas, cómo los contratas, les das la bienvenida, los capacitas y eres flexible como empresa. Cómo es el clima laboral, cómo consigues que la gente se com­prometa, cómo los invitas a ser parte de tu proyecto, pero lo más importante, qué certeza también les das al trabajar contigo.

Todas estas respuestas serán parte de la experiencia que tú o tu empresa genera en tu equipo de trabajo y donde los que están, serán los mejores vendedores de experiencia que genera tu organización, pues hoy en día deberemos estar atentos a la proyección que como empresario y empresa tienes en el mercado laboral.

La experiencia en nuestras organizaciones la ge­neramos desde que buscamos personal, en redes o en plataformas electrónicas, cuando los buscamos con una cartulina o lona fuera de nuestras instalaciones.

Todo es válido y es parte de la experiencia que generamos en los posibles candidatos. Si los llamamos

o solo recibimos CVs en las casetas de vigilancia o recepción, si los tenemos esperando mucho un pro­ceso de entrevista o si los hacemos ir seis veces a un proceso de reclutamiento donde al final les decimos que los llamaremos y nunca les llamamos. Todo integra la experiencia que como empresa tú les estás dando y ese es el gran primer paso para formar relaciones laborales exitosas en tiempos de cambio.

Generalmente un empresario que ya tiene su área de reclutamiento los tiene para eso, pero ya revisaste cómo hacen ese proceso. ¿Cómo es el cierre con la gente que no se queda en tus puestos? ¿Qué imagen se llevan de tu organización todos esos candidatos que no quedaron en tu empresa? ¿Se les dio las gracias por su interés? ¿Son posibles colaboradores en el corto plazo, cuando tu empresa crezca y requieras más talento en tu equipo? ¿Les dejaste tan buena experiencia que aunque les dijeron que la vacante había sido ocupa­da, ellos quieren volver a intentarlo, pues tu equipo de Recursos Humanos los motivó tanto que quieren trabajar contigo?

En estos días, detenernos a ver por qué no termi­namos de integrar nuestro equipo significa minimizar la perdida de talento, el riesgo en nuestras áreas de producción o administrativas; visualizar que si es posible asegurar nuestros procesos con gente que sí quiere ser parte del equipo y tu filosofía de trabajo.

Pero tenemos que identificar las áreas de mejora y determinar planes de trabajo que optimicen nuestros recursos, para atraer y/o retener el talento que nos hará más fuertes cada día, para alcanzar esos grandes obje­tivos y generar ese círculo virtuoso llamado empresa.

No olvides que el capital más importante que tie­nes es tu capital humano, un equipo de trabajo con la experiencia y el conocimiento que requieres para lograr tus objetivos, pero sobre todo con la actitud que hace la diferencia.

Convierte tu centro de trabajo en un lugar que ge­nera grandes y buenas experiencias para que más que buscar talento, el talento toque a tu puerta pidiendo la oportunidad; eso es posible cuando capacitas, desarrollas y eres el mejor lugar para trabajar.

Recuerda que no hay crisis que nos detenga, pero tenemos que responder a los retos que como empresarios hemos decidido tomar.

Fátima Calderón

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