«Me gusta pensar la literatura como una exploración de otros espacios y otros ángulos»
La autora del libro “Un lugar seguro«, Olivia Meneses Teroba, apunta que se debe tener vocación de escritora, pero considera que es importante la preparación y el ejercicio diario de la escritura. Su formación en la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM), su estancia en la Fundación para las Letras Mexicanas y estudiar las licenciaturas en Comunicación en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y en Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México), han sido fundamentales para conocer el oficio de escribir. Precisó que corregir es la labor que más cuesta a un escritor.
Orgullosa de su oficio, expresa que ser escritora le ha permitido viajar y conocer lugares y colegas, que nutren su visión del mundo y de la vida. Meneses Teroba nació en Tlaxcala el 2 de octubre 1988;, es la mayor de tres hermanos. Su reunión con las letras se dio en la biblioteca de su abuelo, del historiador y economista Cesáreo Teroba. El, su interés de Meneses Teroba siempre estuvo marcado por la literatura.
De visita en Tlaxcala para presentar la segunda edición de su libro “Un lugar seguro”, una serie de ensayos breves que narra el viaje de la autora desde su crecimiento en Tlaxcala y el proceso de adaptación al mudarse a la Ciudad de México y su crecimiento en el proceso creativo, concede una entrevista a Revista Momento en las instalaciones del Museo Miguel N. Lira.
¿Quién puede leer su más reciente publicación?

–Mi libro lo puede leer cualquier persona. Pensé en un lenguaje asequible, pensé en una lectura muy cercana, muy íntima. La idea también es iniciar una conversación, quién se acerque al libro pueden encontrar cierta resonancia con sus pensamientos y sentimientos. La idea es que incite a escribir, hablar o expresar de alguna forma lo que la personas llevan a dentro.
-Cuando lo estaba escribiendo me estaba haciendo muchas preguntas en torno al ambiente donde vivimos. Yo crecí en la ciudad de Tlaxcala y en este México; constantemente escuchaba a través de las noticias de la violencia que se vive en el país. Tenía algunas historias más cercanas a este tema de la violencia y me estaba preguntando cómo hablar de eso.
Para el momento de mí escritura dónde estaba me parecía complicado hablar de la violencia, tal cual. Ya existía la narco-literatura, escritos sociológicos que documentan, pero desde mi perspectiva era complicado mencionarla y describir la violencia. Me di cuenta de que un interés que podía desarrollar en mi narrativa era pensar la violencia como algo que se contrarresta. Siempre buscamos un refugio para estar a salvo;, el título, “Un lugar seguro,” es una pregunta de cómo tener un espacio estable y estar a salvo, cuando el entorno es violento”.
—¿Cómo entiendes a la lectura?
-El acto de lectura es un aprendizaje, es algo que he estado aprendiendo y sigo aprendiendo. Leer también es una conversación. Cuándo somos niños aprendemos a leer, conversar y formamos parte de la sociedad mediante nuestras palabras. Leer también es como conocer nuevas personas y como tal, cada quien lo hace a su manera. La lectura es un acto personal, muy íntimo y lo que estoy aprendiendo cada vez más es a gozar la lectura y no pensarla como una obligación, sino como un acercamiento de conocer algo nuevo. La lectura es como una constelación: te acerca y te remite a otros textos.
«La lectura es una metáfora: escuchó voces del pasado y del futuro»
-¿Qué escuchas de la lectura?
-Escucho voces. La lectura es una metáfora; escucho voces del pasado y del futuro, ideas nuevas, ideas con las que no estás de acuerdo. La lectura mueve el pensamiento de alguna forma, incluso desde la contradicción, desde el disgusto, ayuda a poner orden a las ideas.
-¿La lectura se come?
-La lectura resiente. Hay un acercamiento tan íntimo, tan personal, que uno puede casi olerse lo que está leyendo; puedes saborearlo y también puedes sentirse, sufrirlo o alegrarse. Algo muy impresionante o vivo del acto de leer, es como si fuera un medio de trasferencia de la persona que escribió; nos trasmite estas sensaciones y emociones mediante la palabra escrita, aunque pueda estar muy lejos en el tiempo y en el espacio.
—¿A qué sabe tu libro “Un lugar seguro”?

-Sabe a té; a mí me gusta mucho el té, puede saber a un té de jengibre, un té verde. También en ocasiones puede tener un sabor agridulce, no todas las experiencias que cuentas son agradables, pero también es parte de su sabor y de su esencia, de este contraste entre un entorno que puede ser inhóspito y la búsqueda por el espacio donde nos sintamos a salvo.
—¿A qué huele tu más reciente publicación?
-Está complicado, porque no soy tan olfativa, pero puede oler a libros viejos, a espacios amplios. Aparece muchísimo Tlaxcala, estos cielos despejados y calurosos o el viento que es frío en noviembre; a las ofrendas, a los tamales, a esta humedad de los lugares viejos de las iglesias. Este libro tiene mucho de Tlaxcala y de sus aromas.
—¿Cuál es tu próximo proyecto?
-Estoy trabajando en una novela de la beca de Jóvenes Creadores del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) 2022. Es una biografía de una escritora mexicana. Me llevará un buen tiempo; es un cambio radical de extensión, de género y de forma de trabajar.
—¿Por qué este cambio?
-Es parte de una búsqueda literaria, precisamente no es quedarme en un género, solo con una idea. Me gusta pensar la literatura como una exploración de otros espacios, otros ángulos. La escritura para mía también es aprendizaje, como la lectura.
—¿Qué te ha sorprendido de la estructura de la novela?
-La necesidad de enlazar ideas en la novela y de la misma manera que se van concluyendo los capítulos hay una línea que lo une; en mis otros textos, cuentos y ensayos, era fácil para mí cerrar episodios y hablar de otra cosa. En la novela hay que desarrollar el mismo personaje y hay que adentrarse mucho y justamente esta profundidad puede resultar un tanto agobiante; es estar con la misma persona todo el día, es odiarla, quererla, sentir ciertas fricciones y seguir ahí esperando que surjan las palabras que describan justo a esta personalidad.
La escritora Tlaxcalteca recientemente obtuvo el primer premio de ensayo que convocó la prestigiada revista Latin American Literature Today con el trabajo “El dinero y la escritura”, una reflexión sobre cómo se puede vivir de la escritura, como obtener un sustento del trabajo creativo.
En el 2019 recibió el Premio Nacional de Literatura Joven “Salvador Gallardo Dávalos”, en la categoría de narrativa y en el 2018 se hizo merecedora del premio estatal de ensayo “Emmanuel Carballo”, mientras que en el 2017 ganó, el premio latinoamericano de cuento “Edmundo Valadés”, entre otras distinciones.
Yazmin Zárate
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Aliyeri Garcia Hernández
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