La experiencia espacial de José Hernández
La vida de José Hernández Moreno es una oda al tesón y a las ganas de superación. Hijo de inmigrantes mexicanos, nació en French Camp, California, en 1962. Desde su infancia se trazó la meta de ir al espacio, a pesar de sus orígenes humildes. Como astronauta de la NASA, viajó a la Estación Espacial Internacional en 2009, a bordo del transbordador Discovery. Esa experiencia lo marcó profundamente. Momento conversó con él, durante una reciente visita que hizo a Tlaxcala para ofrecer una charla a jóvenes estudiantes.

¿Cómo puede la ciencia ayudar a resolver problemas a escala planetaria?
La ciencia puede solucionar muchos de los problemas que tenemos ahora. Un ejemplo que les puedo dar es la contaminación de nuestro planeta, provocada por el uso de combustibles como el petróleo. Eso contamina nuestro aire. La ciencia ha permitido que se puedan usar energías renovables, por ejemplo, la eólica o la solar, con lo que ya no se contamina para generar energía. Son cosas como esas las que mejoran la calidad de la vida aquí en el planeta. La ciencia siempre está haciendo descubrimientos para poder combatir enfermedades terribles, como el cáncer, y aunque aún no encontramos una cura para el cáncer, y a la gente que se diagnostica se hace en una etapa más temprana, con lo que aumenta la probabilidad de sobrevivir a una enfermedad así. Todo eso es debido a la ciencia.
¿El cambio climático es el principal problema al que se enfrenta la humanidad?
Es un problema que nuestro planeta enfrenta. Cuando voy a presentaciones sobre estos temas, muestro fotografías en donde se ve la capa de hielo del Polo Norte a través de quince años; se ve claramente cómo se está reduciendo. La deforestación de la Amazonia también es algo que afecta los tiempos climáticos. Me da gusto que hay países que reconocen esto. Desgraciadamente, uno de los países más poderosos, Estados Unidos, se salió del Acuerdo de París, y eso nos afecta mucho. Están negando que existe este efecto, y espero que el tema que para mí es político, vaya cambiando con las nuevas elecciones, para poder retomar ese tema en Estados Unidos, que es un país muy importante, que ahora no está sumado.

¿Cómo cada uno de nosotros, desde nuestra casa, desde nuestra colonia, podemos ayudar a frenar el cambio climático?
Yo digo que todos podemos poner nuestro granito para hacer el puño más grande. Siempre digo que hay que ser inteligentes en cómo nos movemos en la vida, respecto a crear una huella de carbono. Y eso que siempre digo, que puedes hacer cosas tan simples. Mucha gente, cuando, por ejemplo, se le acaba la leche en casa, no deja de ir al mercado, a la tienda, a comprarla. Yo digo que si se pueden aguantar cuando vayan a trabajar, en el camino de regreso para no hacer un viaje especial, paran y la compran y la traen a la casa. Con eso ya se ahorran un viaje.
“Es simplemente apagar las luces de los cuartos cuando no se están utilizando; la conservación de energía es muy importante, porque la electricidad se produce a base de quemar combustibles que causan contaminación. También hay que procurar no gastar energía. Y también el agua, no malgastar. Cuando se está rasurando uno, pues no dejar las llaves abiertas. Si se moja uno, moja el rastrillo, cierra todo, luego ya se rasura y así. Son cosas pequeñas, pero somos siete mil millones de personas, que si todos quisiéramos, sería un gran efecto en nuestro planeta”.
¿Cómo se pueden despertar nuevas vocaciones científicas?
Para despertar nuevas vocaciones en las ciencias, en física, yo creo que debemos empezar desde pequeños. Hay que tratar de tener un acercamiento a nuestros jóvenes, desde la primaria, para despertarles esa inquietud científica, exponerlos a conceptos de la ciencia, porque los niños son más inteligentes de lo que pensamos que son. Ellos captan rápido. Y si los exponemos a esos conceptos, ya cuando están entrando a la secundaria, a la preparatoria, a la universidad, la tendencia sería de entrar más a esas carreras y luego crear más oportunidades aquí en México.

¿Qué papel juega la educación en este proceso?
Muy importante. Aquí en México la educación es muy buena, a nivel de preparatoria. Están muy preparados los niños, para entrar a la universidad. En donde veo que se falla es que el gobierno no aporta bastantes recursos a nivel universitario para estudio y desarrollo. Hay que invertir más en eso para abrir más oportunidades.
¿Qué sintió al ver la Tierra desde la Estación Espacial Internacional?
No, pues algo muy bonito. Se siente uno tan humilde, en decir, que yo soy uno de muchos que están allá, abajo, y tengo un privilegio de poder ver nuestro planeta desde una perspectiva muy bonita. Se siente uno muy humilde y bien pequeñito, en decir, ¡wow!, somos un polvito en el cosmos. Nuestro planeta es un pequeño polvito en comparación con el resto del universo. Porque a través de una ventana ves nuestro planeta, bellísimo, azul y blanco con las nubes y todo, y sabiendo que hay siete mil millones de personas ahí. Y ves la ventanilla opuesta, pues es la ventana al Universo, que es tan grande. Y uno dice ¡wow!, pensar que se ve grande, pero somos pequeños en comparación con el universo.

¿Cómo podría definir qué somos ante esa magnitud que ve del universo?
Yo soy creyente; soy científico y creyente. Mucha gente dice, cómo puede existir eso, ¿qué no es una contradicción? Yo digo que no, porque la ciencia te dice cómo funcionan las cosas, las leyes de la física, pero para mí la religión te explica por qué pasan las cosas. Lo que yo veo es que estamos bendecidos en ser creados en esta particular parte del universo. Si uno dice, ¿pero hay vida en otros lugares?, yo creo que sí. Creo que también se expandió por todo el Universo. Hay miles y miles de millones de soles. Ahora ves los casos donde hay planetas, aún son miles de millones. Ahora ves si los que tienen planetas en la zona habitable, que se dice que puede existir vida como la de nosotros, aún son cientos de millones de planetas. Qué egoísta pensar que somos los únicos.
¿Qué viene en su carrera para 2020?
Seguimos trabajando con la UPAEP y acabamos de lanzar un satélite que en 2020 lo vamos a poner en operación. Y luego vamos a estar trabajando en otro satélite, mucho más grande, mucho más sofisticado y esperamos que 2020 nos traiga ese proyecto en poder diseñarlo e iniciar su construcción. Es lo que estamos haciendo.
“También voy a seguir impartiendo conferencias para seguir motivando a nuestros jóvenes y sacar otros libros. Ya tengo el libro Cosechadores de estrellas, que es mi autobiografía. Tenemos un libro bilingüe, inglés-español, que se llama El niño que tocó las estrellas; aquí en México está en español, que se llama igual así, y acabo de sacar un libro para adolescentes, que se llama De campesino a astronauta. Ahí les explico lo que es una misión espacial de 14 días a la Estación Espacial Internacional, yendo en el transbordador Discovery, pero también les relato cómo llegué a ese punto. Es lo que estamos haciendo.
“Ahora estoy escribiendo un libro de autoayuda que estamos a punto de terminar, que se llama Alcanzado nuevas alturas. Es un libro de cómo triunfar en la vida. A eso se enfoca más en la mecánica de qué es lo que tiene que hacer uno para tener éxito en la vida”.
Marisol Fernández Muñoz
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Yassir Zárate Méndez
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