Edad: 28 años.
Formación educativa: Negocios internacionales en la Universidad Autónoma de Tlaxcala.
Empresa: Suculenta Restaurante.
En la historia de Suculenta Restaurante crecer ha implicado persistencia y disciplina. Transitar de una carta de un cuarto de hoja a casi veinte páginas ha representado pasar de tres platillos, a construir día a día una mayor variedad. En sus cinco empedrados años de historia se haya una pandemia, una carrera profesional y las ganas de crecer como restaurante.
—¿Cómo decides iniciar con esta travesía?

—Siempre tuve las ganas de emprender, de hacer negocios, de ser comerciante. También me gustaban mucho las bebidas y los alimentos. La idea principal fue gracias a mi hermana Gaby; ella me ayudó a impulsar con el nombre. Nos gustan mucho las plantas, las suculentas en especial, y de ahí salió la gran idea.
Estuve diez años en el ejército y al salir quise emprender un negocio. Lo primero que me vino a la cabeza fue un restaurante. Me ha gustado mucho intentar algo diferente en Tlaxcala. La comida mexicana me gusta muchísimo, la buena atención, el buen clima, el buen lugar y así empecé hace cinco años. El 18 de agosto cumplimos cinco años.
—¿Cuáles fueron los principales retos a enfrentar en los primeros años?
La inexperiencia del área restaurantera y el tema de la inseguridad fue un tema bien complicado, a pesar de que estamos en Tlaxcala y es un estado seguro.
Conseguir buenos proveedores tlaxcaltecas y hacer buenas alianzas estratégicas con ellos fue un reto muy importante. Siempre he intentado apoyarme en amigos y entre tlaxcaltecas. Por ejemplo, toda mi vajilla es de La Trinidad Tenexyécac. Mucha de la materia prima también la adquiero con las personas del mercado; compro la mejor calidad que me ofrecen.
Toda la carne a veces la adquiero en Sam’s, pero lo más importante es tener unos buenos proveedores y eso es lo más difícil, porque cuando eres pequeño nadie te apoya, quieren que vendas grandes cantidades y te dan precios muy altos, entonces vas sacrificando el costo, vas sacrificando la ganancia, pero poquito a poquito te empiezan a conocer, a apoyar. Te empiezan a dar mejores oportunidades, pero ya que empiezas a crecer.
—¿Con cuáles servicios empezaste y ahora cuáles ofreces?
—En especial me gustan muchísimo el guaxmole de zancarrón, el mole de panza y los tacos; quería unos tacos de bistec con rajas. Empezamos con esos tres platillos y con refrescos. Teníamos una cartita de un cuarto de hoja blanca y era todo.

Después de cinco años empezamos a introducir desayunos completos. Ahora está abierto desde las ocho de la mañana. Tenemos enchiladas, enchiladas suizas, chilaquiles, arrachera, bistec, huevo. Para las tardes empezamos a introducir un sistema como tipo cantina tradicional: por cualquier bebida se da un platillo de cortesía y de ahí empezamos a meter molcajetes, arrachera, combinados que llevan chistorra, pollo o cecina.
Tenemos hamburguesas hawaianas y mexicanas. El chef es un gran amigo mío y gracias a él hemos tenido nuevas recetas que son especiales de Suculenta, como el mole poblano, que se hace desde cero hasta que sale el mole.
La carta se ha vuelto muy variada. Hemos crecido de tener una cartita de un cuarto de hoja a tener una con casi 20 páginas.
—A tu sector le tocó enfrentar el tránsito de la pandemia. ¿Cómo viviste esa etapa?
—Cuando apareció la pandemia el restaurante llevaba dos años, apenas iba despuntando y todos cerraron; por ese motivo empezamos con el servicio de comida para llevar.
En Suculenta antes de la pandemia y en ese transcurso no teníamos las terrazas, no teníamos las áreas al aire libre. Debido a la pandemia tuve que abrir las terrazas y hacer una inversión. Gracias a eso la gente empezó a venir con un poquito más de seguridad. Esa es la parte más importante, que no contamos con el capital suficiente como las grandes empresas, es un poco de la disciplina y vamos ahorrando, todo lo que se gana se invierte y vamos siendo grandes poco a poco.
—¿Es difícil ser joven?
—Creo que no. Es muy padre y es lo más fácil ser joven, porque tenemos toda la actitud y toda la pila para hacer lo que queramos: dormir poco, trabajar mucho, soñar en grande. Creo que realmente es la disciplina y los valores que tenga cada quien en casa.
—En Suculenta quién es su cliente ideal.
—Mi cliente ideal son adultos de 30 años en adelante. Hombres y mujeres, familias completas. No tengo área de juegos para niños, pero es para toda la familia, en especial personas adultas.

—Pensando en la competencia, cuál es el valor agregado que tiene Suculenta.
—Lo vemos en la calidad del servicio y en la calidad de los alimentos. En Suculenta intentamos que cada platillo sea único y especial, con el sabor tradicional mexicano. Todos los platillos son preparados al momento; aunque tardamos un poquito, el sabor es algo muy importante.
Las áreas del restaurante son cómodas y amplias; además, tenemos estacionamiento. Brindamos al cliente muchas comodidades y también la transparencia en los productos. Las bebidas al cliente se le sirven directamente en la mesa, no hay un trasfondo.
—¿Cómo te ves en cinco años?
—Me gustaría crear varias empresas, varios negocios y pretendo fortalecer a Suculenta. Llevo cinco años y espero en cinco años mínimo abrir una o dos sucursales de Suculenta y empezar a darle mucha formalidad al negocio, tanto a la atención al cliente como a todos los procesos que llevamos.
—¿Cómo te encuentran en redes?
—Estamos en Facebook e Instagram como Suculenta.
Marisol Fernández Muñoz
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Lucero Ivonne Peña Jiménez
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Fotografía: Federico Ríos Macías
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